Utilizan el virus del Zika para combatir un cáncer cerebral letal

Utilizan el virus del Zika para combatir un cáncer cerebral letal

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (EE.UU.) han liderado un estudio en el que han utilizado una cepa del virus del Zika para tratar de combatir el glioblastoma –un tumor cerebral con muy mal pronóstico por ser muy difícil de tratar– en modelos de ratones a los que se les había inducido previamente este tipo de cáncer.
Los científicos inocularon a los animales enfermos el virus, y comprobaron que, al igual que sucede cuando infecta a los fetos humanos en desarrollo, el zika mostraba preferencia por infectar las células madre del glioblastoma (que son especialmente resistentes a la quimioterapia y a la radioterapia) antes que a las neuronas o las células tumorales normales (ya diferenciadas).

La acción del virus ralentizó significativamente el crecimiento del tumor, y la esperanza de vida de los ratones se prolongó mucho.

Virus del Zika modificados para atenuar su virulencia

Aunque el virus del Zika provoca una enfermedad muy leve en los seres humanos adultos, para evitar riesgos innecesarios los autores del estudio trabajaron con una cepa modificada que resultaba menos agresiva que la que se encuentra en el medio natural, y que era mucho más sensible a la acción del sistema inmunológico, pero que fue capaz de infectar de manera específica las células madre del glioblastoma y eliminarlas.
 
El virus del Zika mostraba preferencia por infectar las células madre del glioblastoma, antes que a las neuronas o a las células tumorales normales

Además, la capacidad destructiva del virus artificial se incrementó al combinarlo con temozolomida, un fármaco quimioterápico que como única terapia tiene efectos muy limitados sobre este tipo de células.
Como ha explicado Michael Diamond, codirector de la investigación, el virus del Zika correctamente modificado podría constituir un gran avance para combatir este tipo de tumor cerebral letal, y es necesario seguir trabajando para desarrollar cepas seguras y efectivas de este virus que se puedan emplear con dicho fin sin perjudicar la salud de los pacientes, teniendo en cuenta, además, los riesgos que supone trabajar con virus, y evaluando cuidadosamente la capacidad de estas cepas para diseminarse, o para cambiar a formas más virulentas.
 

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