Dos chistes geniales para alegrarte el día

Dos chistes geniales para alegrarte el día

Una Rubia va a la casa de su vecino y le pregunta al hombre de la casa si tiene algún trabajo para ella hacer, ya que necesita algo de dinero.
El hombre le dice:
– Pues la verdad es que necesito alguien que me pinte el garaje y el porch de entrada, cuanto me cobrará por pintar el garaje y el porch?
La rubia responde:
– Que le parece 100 euros??
El tipo, muy de acuerdo con el precio, le da la pintura, la escalera, los pinceles, etc.
Al rato la esposa del hombre le comenta:
– ¿Sabrá que tiene que pintar el techo también? ¿por qué no vas a ver cómo lo está haciendo?…
El hombre no le presta atención.
Al rato golpean en la puerta. Es la rubia que le dice:
– Terminé con el trabajo y ya limpié los pinceles como tenía pintura extra le dí dos manos y guardé todo en el garage.
El dueño de la casa, saca dinero de su bolsillo y paga lo convenido, y le agrega 10 euros de propina…
La rubia le agradece y al ir retirándose, se da vuelta y guiñandole un ojo le dice:

– Ah!, y no es un Porche es un Ferrari…



 
Un matrimonio decide viajar a New York de vacaciones, ya que el marido hablaba inglés perfectamente. En la aduana, haciendo los tramites, el empleado le preguntaba, lógicamente en inglés.
– Buenos días señor, ¿me entrega su documentación y la de su esposa?
– Aquí las tiene, caballero
La mujer, como no entendía nada, le pregunta.
– Mi amor, ¿qué ha dicho?
– Me ha pedido los papeles
El empleado de la aduana vuelve a preguntar.
– ¿Tienen algo que declarar?
– No, absolutamente nada
Nuevamente la esposa.
– ¿Que dice ahora, cariño?
– Que si llevamos algo que tengamos que declarar.
Continúa el empleado con unas preguntas.
– ¿De dónde vienen ustedes, señor?
– Somos de Madrid, España.
Nuevamente insiste la mujer.
– Cariño, ¿qué ha dicho?
– Pregunta de dónde venimos
El empleado entonces comenta:
– ¡Madrid! Estuve unos días allí hace tiempo. Magnifica ciudad, estupendo clima y buenísima gastronomía, aunque tuve una experiencia un tanto negativa. Conocí a una mujer que era insoportable, no me dejaba en paz, no paraba de hablar, era lo más pesado que he conocido en mi vida, hablaba y hablaba, como una cotorra. Es la peor experiencia de mi vida.
– ¿Qué ha dicho ahora, cielo?


– Pues… que te conoce !!!! …

Únete a Salud y Humor!